Ayer murió Almudena Grandes a los 61 años víctima de un cáncer. Estaba casualmente viendo por la 2 MALENA ES UN NOMBRE DE TANGO, novela que hacía poco había vuelto a releer, cuando me enteré. Desde LAS EDADES DE LULÚ, he seguido la trayectoria de Almudena Grandes y he leído si no todas, muchas de sus obras. En su debe, encuentro que esa persistencia en el tema de la guerra civil y la posguerra siempre observadas desde el mismo ángulo y prisma, le restan objetividad y diversidad en cuanto el tratamiento de los temas y de los temas mismos. Sin embargo, un escritor no tiene que ser objetivo ni diverso aunque escriba sobre determinados pasajes históricos, el escritor escribe sobre sentimientos, pensamientos, pasiones y vivencias; el historiador, por el contrario, debe atenerse a los hechos y a los documentos. Almudena escribía lo que sentía y pensaba y lo hacía bien. Almudena Grandes sabía novelar, era toda una escritora, un pedazo de escritora, una mujer entregada por entero a la literatura hasta el día que el dichoso cáncer ha puesto la palabra fin. Creo que estaba terminando su último libro, que leeremos. Descansa en paz Almudena de tu incansable labor. Allí, si es que hay allí, es posible que sigas.
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